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lunes, 13 de octubre de 2008

El botones Zapatero

Lo ha explicado el ministro español de Economía, Pedro Solbes: "no es labor del gobierno decir a la banca cómo debe gestionar sus carteras".

Por un lado, el gobierno de Zapatero saca de las arcas públicas un fondo que, en lugar de ir destinado a que los ciudadanos puedan pagar unas hipotecas que se han encarecido enormemente (saneando las economías familiares a la vez que ese dinero llega a los bancos), se regala directamente a las corporaciones financieras mediante la compra de activos.

Por el otro, se renuncia a condicionar el uso que de ese dinero de todos haga la banca. Es decir, se renuncia al control democrático del dinero público. "Lo lógico es que no se metan en hipotecas", dijo Solbes, para reconocer sobre la marcha que los vencimientos de los compromisos de las cajas de ahorro y bancos "tendrán que cumplirse". Añadiendo que "tenemos que corregir el mercado y no crear una banca pública".

Cuando la crisis nos afecta "a todos", se corre en auxilio de los que lo han ganado todo y aún hoy reparten beneficios. Como lo de Robin Hood, pero al revés: robar a los pobres para ayudar a los ricos. No hay que extrañarse: son éstos los que ponen la pasta (para ellos una minucia) de las costosísimas campañas electorales de los partidos.

Pero es que, encima, el gobierno Zapatero hace méritos. Porque el que el Estado tenga una banca pública es una medida que no se sale en absoluto del sistema capitalista. La privatización de la banca pública española, Argentaria (precisamente por el PSOE), no fue sino una manifestación del extremismo neoliberal que ha corroído a las grandes potencias imperialistas en las últimas décadas.

Reino Unido ha optado por usar el dinero destinado al rescate financiero para comprar acciones de los bancos. Es decir, para nacionalizar parcialmente la banca. Opción que incluso se está planteando ya EEUU. O sea que nada de medida socialista, más allá de la humorada de Chávez de llamar "camarada" a Bush.

Lógicamente, la banca española no quiere la menor competencia.Y, precisamente para eso, tienen su "capitalista colectivo": el Estado. Y el capitalismo monopolista de Estado.

Dimitiendo de sus responsabilidades públicas, Zapatero y el PSOE se convierten así en meros empleados de las grandes bancos. Unos meritorios cuyo único papel es el de garantizar que los jefes estén calentitos. Lástima que todas estas medidas y todas sus grandes afirmaciones acerca de la seguridad de nuestros ahorros no den resultado. Entre otras cosas, porque la mayoría sabe dividir los 6.000 millones de euros del Fondo de Garantías de Depósitos entre 100.000 euros.

El botones Sacarino lo hubiese hecho mejor.


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