Llegas, maestra, en otoño
a enseñar las fábulas y la vida,
las metonimias y los números romanos.
Acudes al sur calcinado de mi patria
o al pie de los volcanes encendidos,
allá donde se atisbe el futuro
o resista en piel una esperanza.
Cargada de libros y libretas,
de programas, dictados y bolígrafos,
te enciendes al contacto de los niños
o caes asesinada por las administraciones.
Yo hubiera querido tu trabajo duro,
la pasión con que penetras la inconsciencia,
la señal de tu nombre en las almas
a la luz de las mañanas venideras.
Pero sólo puedo amar tus ojos cansados,
tus manos morenas blancas de tiza,
tus labios entreabiertos que me enseñan.
V Foro de Participación Política de Mujeres Inmigrantes: Justicia
Climática, Migración y Género
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El próximo jueves 13 de noviembre de 2025, la Asociación Por Ti Mujer, con
el apoyo de la UGT, la Red de Mujeres Latinoamericanas y del Caribe y
financiado...
Hace 17 horas
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