Muchos quedan excluidos de una vida mínimamente digna. No se les ve. No salen en las fotos oficiales, ni en las postales turísticas. Ni siquiera pensamos en qué consiste su pobreza. Pero es fácil de entender. Por ejemplo, tener cortado el teléfono por falta de pago. Verse obligado a racionar el agua y la luz que se gasta. Pasar por la caja de un supermercado y tener que dejar la mitad de la compra atrás, porque no alcanza. Ir por las calle con dos dientes de menos, porque lo del dentista es un lujo inalcanzable. Llegar a final de mes sólo con leche de la más barata y galletas como menú único. No poder comprar ropa nueva, por mucha falta que haga. Bañarse con agua fría y con lavavajillas del barato porque no hay para arreglar el termo ni para geles. Disponer de gasolina sólo para unos días a principio de mes. Tirar constantemente de la reducida pensión de la madre. Si se tiene "suerte", tener que aceptar trabajos miserables en condiciones de auténtica esclavitud. Permitir que tus hijos pasen desconsuelos hasta en lo que comen. Y encima mantener el tipo y ocultarlo, porque nos han adoctrinado en la creencia de que ser pobre es una vergüenza.
En cambio, ser un explotador es una cosa dignísima. Así nos va.
Pete Seeger canta Guantanamera
2 comentarios:
!"la gente"es singular y no plural.Ahul
Cierto. Ya está corregido el gazapo. Gracias.
Asudem.
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