Caminan entre los huecos invisibles
de la ciudad invisible.
Se alimentan de nuestra basura,
se visten de nuestros despojos.
Sucios y plagados de pústulas
se derraman en otra dimensión,
en otros callejones,
en las alcantarillas.
Náufragos de la oscuridad
deambulan en el margen, zigzaguean
entre el ruido de los televisores
y los olores de la comida de otros.
En algún momento
sus miradas quedaron perdidas para siempre.
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