Venimos de lejos. De muy lejos.
De las laderas volcánicas.
De la pobreza desértica.
De la derrota. De allí
dónde el océano comienza.
Empapados en sangre
aquí existimos.
Aquí pervivimos.
Sobrevivimos a veces.
No pisamos los salones
salvo como criados.
No deliberamos ni decidimos
sobre la muerte y la vida.
Nada nos ha sido regalado.
Cada gramo de pan,
cada grano de arroz,
nos lo ganamos a pulso.
Para poder comer
trabajamos a disgusto para otros.
Limpiamos sus retretes.
Nos humillamos.
El desespero nos asalta
a ráfagas. Nos inclinamos
ante el huracán del olvido.
Persistimos.
Pacientemente esperamos.
Nos sostiene
la feroz creencia
en un tiempo que viene.
Aún no hemos detonado
la última palabra.
Estamos en marcha.
Y venimos de lejos. De muy lejos.
(De Noticias del Frente)
No hay comentarios:
Publicar un comentario