Una cosa es que de adolescente escribas unos versos ("¿Quién a los quince años no escribió un poema de amor?", cantaba Mari Trini) y otra es que persistas en semejante mariconada y hasta te la tomes en serio. Hombre, todavía novelista (y si es de best-sellers más) se puede asumir. Pero "poeta", ¡por Dios!
Así que aquí me tienen. Con todos los estigmas satánicos: poeta, comunista, anticolonialista (y, por tanto, independentista), ateo, anticlerical y, por si fuera poco, viejo. El "mercado de trabajo" no daría ni un céntimo por un tipo tan "conflictivo", y ahora menos. No sirvo pues como mercancía. Y tampoco hay para mí esperanzas de redención ultraterrena.
Así que mejor para ustedes si no les ven leyendo estas líneas. O, peor aún, hablando conmigo. Con el nuevo Código Penal incluso podría suponerles multas de aquí te espero, y puede que hasta cárcel. Les recomiendo sinceramente hacer lo "conveniente": miren para otro lado cuando, en cualquier calle, pasen cerca de esta sombra.
1 comentario:
Entre lo que me gusta leerte y lo que fumo va a resultar que soy una temeraria. Quién me lo iba a decir!
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