Llevo toda la semana soñando con una amante pelirroja. Me pierdo en sus labios, en su mirada de adoración, en su piel pálida y cálida. Anoche soñé que ella estaba hablando con mi compañera, y ambas charlaban con complicidad y sonreían, aunque no pude entender sus palabras, sólo sentir una confortable sensación de inmensa ternura.
Esta mañana, al despertar, volví a escuchar por la radio a Rajoy insistiendo en que estamos en el mejor de los mundos posibles y no sé qué de una luz al final del túnel. Ni se imaginan como deseo que vuelva la noche, sumergirme en el sueño, despertar de la pesadilla.
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