En todas partes se percibe el miedo
de quienes claman a la deriva porque sus existencias
son singladuras tortuosas que no llevan a ningún puerto.
Nacimiento, muerte, renacimiento:
apenas empezamos a entender la ternura
y ya somos expulsados de la salvaje simplicidad de la infancia.
Pero cada día permite un trago de felicidad
y es cuestión de apurarlo hasta la última gota.
Recuérdalo cuando, entre las ruinas de esta civilización,
pases junto a un portal donde alguien llora.
de quienes claman a la deriva porque sus existencias
son singladuras tortuosas que no llevan a ningún puerto.
Nacimiento, muerte, renacimiento:
apenas empezamos a entender la ternura
y ya somos expulsados de la salvaje simplicidad de la infancia.
Pero cada día permite un trago de felicidad
y es cuestión de apurarlo hasta la última gota.
Recuérdalo cuando, entre las ruinas de esta civilización,
pases junto a un portal donde alguien llora.
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