
Después de buscar en otros zoológicos del país, comprobaron que no habían cachorros de tigre que pudieran ser traídos al lado de la tigresa. Pero esto no arredró a los veterinarios, que decidieron algo que nunca se había intentado en el zoológico anteriormente: traerle toda la camada de los lechones de una cochina que acababa de morir en el parto. "Vistieron" a los lechones con una tela que imitaba la piel de tigre, los colocaron a su alrededor, y la tigresa, felizmente engañada, recuperó su salud.
La moraleja, desde el punto de vista de los cochinos, es bien sencilla: si te encierran con un tigre, tu más tigre que nadie. Que no sospeche que no eres un feroz cachorro sino pura y simple comida.
1 comentario:
Lo jodido es el tigre casi nunca es tonto, y terminamos fritos con ajo y orégano como guarnición de un buen gofio porque, para el carnívoro tigre, el objetivo final es la pella.
Salud.
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