
Desde luego, en la época en que el fútbol ha sustituido a las viejas religiones como opio (o heroína) del pueblo, la Iglesia del Pulpo (manifestación de dios en la Tierra (o en el mar) debería tener su propia casilla en la declaración de la renta, que sus creyentes (mayoritarios) no van a ser menos.
Pero ya puestos, lo ideal es que Zapatero nombrara a Paul ministro, a ver si así aciertan de una puñetera vez con las predicciones económicas. Desde luego, no desmerecería entre los que tiene ahora, por dios (Dios Octopus, quede claro).
Que el Pulpo Paul sea con ustedes. Y con su espíritu.
No hay comentarios:
Publicar un comentario