Según el astronauta, los extraterrestres son enanos, con pequeña estatura, ojos grandes y cabeza grande, extraños para los seres humanos, y cuentan con avanzada ciencia y tecnología, incomparables para las humanas. Sin embargo, no abrigan hostilidad hacia los seres humanos. “Si sintiera hostilidad por los seres humanos, estaríamos acabados”, explicó.
Aparte de agudizar en uno una cierta prevención contra los bajitos -y cabezones-, a los que se les atribuye tradicionalmente una mala leche inversamente proporcional a su estatura, hay algunos tipos que lo extraño es que no sean extraterrestres.
Lo que ya no es creíble es que estos seres alienígenas no abriguen hostilidad alguna hacia los humanos. Fíjense, si no, en esa intención del gobierno autonómico de despedir a 600 profesores de una tacada: quieren acabar con la vida inteligente en Canarias.
Lo que viene a confirmar que los enanos mentales que nos gobiernan son, en efecto, peligrosos extraterrestres que han robado los cuerpos de los títeres que aparentan dirigir las instituciones.
Pink Floyd interpretan In the flesh
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