Por el niño que muere de hambre
cada tres segundos,
llega a nosotros cuarenta mil veces al día.
Brota de los barrancos, del aire,
del mar, de la arena,
para quemar nuestro acomodo,
para quemarnos.
Que prenda nuestra alma,
que nos condenemos,
que ardamos,
que nos inflamemos,
que nos calcinemos,
que nos carbonicemos,
que nos achicharremos,
que nos abrasemos,
que hirvamos,
que se conviertan en humo nuestras esperanzas,
pero ven, fuego,
ven.
Ven, fuego, ven.
(De Noticias del Frente)
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