Camina como con descuido
entre la gente acelerada.
Bullen mundos en su cabeza:
por eso su mirada es lejana.
Enseguida te das cuenta
de que no pertenece a este planeta,
a esta galaxia,
a este tiempo.
Viene del futuro,
de un universo paralelo,
de otra historia.
O quizá de tu infancia
o de su infancia.
Por eso es ancha,
cálida,
amable.
La reconoces,
aunque no recuerdes
de cuándo,
de qué país,
de qué existencia,
de qué batalla.
Como una isla
en el bullicio desesperanzado,
te acercas a sus playas.
Te sonríe.
Desembarcas.
(De Noticias del Frente)
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