Social Icons

youtube rss feed email

domingo, 13 de septiembre de 2009

Evangelio en llamas

Pues los dioses saben el futuro;
los hombres, el presente;
y los sabios lo que se avecina.
(FILOSTRATO,
Vida de Apolonio de Tiana)

Quién lea este poema que no duerma.
Quién oiga esta canción que no respire.
Porque no traigo el silencio
sino el grito.

Soy el portador de las malas noticias.
El que certifica las heridas.
El que despierta.
No traigo la resignación
sino la furia.

Para no envilecerme,
mi escritura es amarga.
No canto al mar
sino a la nave que lo cruza.
Velero, cayuco, acorazado.
O rebelde, insurgente, combatiente.

Así, línea a línea,
te asalto en tu sillón favorito
con miles de pieles tatuando mi alma.
Con tinieblas.
Con torturas.
Con huesos rotos en oscuras comisarías.
Con hambre.
Con Sida.

Entre tus manos
este poema desnudo como el odio.

Hablo de mis hermanas.
Hablo de mis hermanos.

No traigo perfumes de ciruela
ni flores de mandarava,
sino un bálsamo de sangre y de ceniza.
De desnutrición.
De desesperación.
De gasolina.

No traigo afeites, ni carmín,
ni metáforas vacías,
sino Sur y pobreza.

Oye la ferocidad del mundo,
del tiempo,
del horror y la miseria.
Inhala el aire enrarecido de los esclavos:
te traigo la lucidez y la tristeza.

No traigo la luz
sino el fuego.

Hablo de mis hermanas.
Hablo de mis hermanos.

No traigo la paz
sino la espada.

(De Diario íntimo de una bomba a punto de estallar)

No hay comentarios: