Por si fuera poco, los culpables de crímenes contra la humanidad que aún viven campan a sus anchas. Los que robaron sus propiedades a los demócratas siguen disfrutando de ellas. Las decenas de miles de niñas y niños arrancados a las madres republicanas aún no saben quienes fueron sus verdaderos padres. Los juicios sumarísimos y los consejos de guerra aún no han sido anulados. Los cadáveres de los asesinados por los facciosos, salvo escasísimas exepciones, siguen pudriéndose en el olvido, en cunetas, pozos y simas.
Para los que dicen que la verdadera patria de cada uno es la infancia, aclararles que yo, que soporté la infancia triste, gris y opresiva del fascismo, renuncio a esa miserable patria. Y que desde los barrios periféricos de estas islas solas perdidas en medio del océano, lucho por construir una nueva patria.
Un último apunte. Me llaman compañeros de El Hierro para contarme indignados que, desde sus alocuciones en una radio comunitaria, el secretario insular de un sindicato que presume de "nacional y de clase" se dedica a defender a Franco y al franquismo. Por si no estaba claro.
1 comentario:
Teo, habría que decir claramente que ese sindicato es el FSOC. Para que luego en Las Palmas se echen el pisto.
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