Sólo por salir de vez en cuando por una televisión local, hay gente que me saluda por la calle. Generalmente solo responden a una cara que le resulta vagamente conocida. Otras personas se paran a hablarme. La mayorían son breves y amables, y suelo cortarme mucho porque es algo a lo que no termino de acostumbrarme. Otras me cuentan sus penas o sus enfermedades, o simplemente me expresan sus opiniones, con mayor o menor brevedad.
No deja de ser desconcertante. Y algo de lo que procuro olvidar inmediatamente. No es conmigo con quién hablan, sino con la "caja tonta", que les machaca constantemente con opiniones e ideas a las que no pueden constestar. Uno a uno o en muchedumbre, el nuestro sigue siendo un mundo de personas solitarias, que no obstante piensan, sienten, palpitan. Soy uno de ellos.
No deja de ser desconcertante. Y algo de lo que procuro olvidar inmediatamente. No es conmigo con quién hablan, sino con la "caja tonta", que les machaca constantemente con opiniones e ideas a las que no pueden constestar. Uno a uno o en muchedumbre, el nuestro sigue siendo un mundo de personas solitarias, que no obstante piensan, sienten, palpitan. Soy uno de ellos.
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