Como al final de una agonía
quedas derrotada sobre mi piel, jadeante y húmeda.
Te dejo caer suavemente a un lado de las sábanas limpias
y me hundo en tu cuerpo buscando mi propia derrota,
el nirvana impregnado de fluidos.
Entrecruzamos besos de labios relajados,
silencios en calma
y cuerpos que aún permanecen electrizados.
Polvo somos y en polvo nos convertimos.
Las luces que atraviesan torpemente los cristales
nos dan señal de que descendemos sobre el planeta,
de que volvemos al mundo,
de que hace frío y que nos vendría bien un café.
Cigarros, noche, silencio.
(De Si me preguntas de dónde vengo)
quedas derrotada sobre mi piel, jadeante y húmeda.
Te dejo caer suavemente a un lado de las sábanas limpias
y me hundo en tu cuerpo buscando mi propia derrota,
el nirvana impregnado de fluidos.
Entrecruzamos besos de labios relajados,
silencios en calma
y cuerpos que aún permanecen electrizados.
Polvo somos y en polvo nos convertimos.
Las luces que atraviesan torpemente los cristales
nos dan señal de que descendemos sobre el planeta,
de que volvemos al mundo,
de que hace frío y que nos vendría bien un café.
Cigarros, noche, silencio.
(De Si me preguntas de dónde vengo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario