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lunes, 1 de septiembre de 2008

El partido de los comunistas

Durante treinta años, la mayoría de los comunistas canarios hemos estado sin partido propio. Sólo hemos tenido las sucursales estatales o proyectos que jugaban en el ambiguo terreno de "la izquierda nacional[ista]".

El triunfo de la estrategia de la oligarquía española en la "transición" y la bancarrota del estalinismo soviético, así como la descomposición del nacionalismo electoral (UPC), nos convirtió a los comunistas canarios en gente derrotada. Eso explica que hayamos transigido durante demasiado tiempo con la teoría de que la ambigüedad ideológica "ampliaba" la base social y la influencia de las organizaciones, y que favorecía "la unidad".

De forma dolorosa hemos constatado que esa ambigüedad "de amplio espectro" conseguía, justamente, lo contrario. En primer lugar, ha provocado el dominio del pensamiento débil, incapaz de competir con rigor y claridad con las ideas dominantes. Además ha propiciado la fragmentación y la división. Y, lo que es peor, la constante pérdida de apoyo popular.

Cuando se habla de la unidad independentista, cuando esta o aquella organización quiere convertirse en "el partido independentista", se olvida que la independencia no es una ideología, sino un objetivo táctico para las clases sociales interesadas en él. Y que cada una incorpora o no en función de su estrategia propia. Los comunistas, que pretendemos representar los intereses generales de la clase obrera, queremos la independencia y el fin del sistema colonial para poder abrir paso al socialismo en Canarias.

La independencia sólo puede convertirse en objetivo general de nuestro pueblo si aparece encarnada por una alianza de partidos que representen a las distintas clases sociales que necesitan la liberación nacional para desarrollarse y alcanzar sus objetivos políticos y económicos.

Intentar poner en pie un “partido independentista” que adopte distintos puntos de vista, distintos objetivos estratégicos y distintos intereses de clase, es una tarea condenada al fracaso, como hemos podido constatar en todo este tiempo.

En cambio, el reconocimiento de esas diferencias de ideas y de intereses de clase, concretadas en partidos diferentes, permitirá llegar a acuerdos claros y posibilitará la creación de un amplio Frente político por la independencia.

Los continuos llamamientos a la unidad, cuya imposibilidad sólo se ha explicado por razones psicológicas del llamado “personalismo”, han generado solo frustración. Pero lo cierto es que resulta imposible llegar a acuerdos con quién dice ser lo mismo que uno es, y disputa con nosotros su propia identidad como fuerza política.

Por eso, y en la convicción de que los comunistas debemos tener nuestra propia organización, que exprese nuestros propios puntos de vista y desarrolle nuestra propia estrategia, hemos constituido el Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias (PRCC).

No ocultamos nuestras ideas ni nuestras intenciones. Nuestro objetivo es llevar a Canarias a la independencia nacional, al socialismo y al comunismo. Como resaltaba Lenin, antes de unificar, y precisamente para unificar, hay que delimitar los campos. A partir de esta claridad, consideramos preciso el acuerdo de distintas clases y fuerzas políticas en un Frente amplio por la independencia de Canarias. En ese objetivo y en esa lucha estaremos.


Silvio Rodríguez canta El necio



[El mar Negro: nuevo muro de Berlín. Alfredo Jalife-Rahme.]

[Crisis General del sistema imperialista. Enrique Muñoz Gamarra.]


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