Jorge de Arco

Conocen ustedes mi opinión so-bre la mediocridad universal de la poesía europea de los últimos 50 años. De esa generalidad se separa por méritos propios un escritor español que destaca con una luminosidad singular. Me refiero al madrileño Jorge de Arco, cuya poesía desborda calidad, profundidad y transparencia. Ha publicado Las imágenes invertidas, Lenguaje de la culpa, De fiebres y desiertos y La constancia del agua, libros que les recomiendo que consigan. Dado que como muestra vale un botón, aquí les dejo este poema suyo:

LEYENDA

Desde el fuego y las brasas que tu incendio dejase,
me alumbro cada noche, con los ojos grafiados
de un temblor verdeante, silencioso.
Ajeno, casi a tientas, recorro las paredes
de esta casa que alienta el fulgor de tu sombra.
Llegan las madrugadas y vendimio tu ausencia
en busca de aquel cuello, de aquella piel de asombros
que poblaron de sueños y naranjas las luces
del alba más remota.
Amor, a dentelladas hubiera desvestido
nuestra conciencia inútil, el denuedo tan mártir
de sabernos infieles e infelices,
y me habría licuado de pasión y de invierno
en el ebrio fragor de tus muslos de nieve,
en la fe delirante que disfraza tu espalda.

Yo sé que tu leyenda es cierta, como sé
que existes más allá de bosques y fronteras.
Cifraré este conjuro y, apenas tenga tiempo
para desentrañar el laberinto
que tejiera tu boca,
traspasaré el umbral de la nostalgia
y haré tuyos mi reino y mi pecado.

(De La constancia del agua)

Por cierto, dirige la revista de poesía Piedra del molino, que edita el Ayuntamiento de Arcos de la Frontera. Una magnífica iniciativa literaria de las que por aquí se echan de menos.

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