Armadas de hierro y humo
las azoteas llevan la mirada al mar,
a las nubes grávidas en el cielo desteñido,
a las montañas vigilantes y sombrías,
al horizonte seductor y abierto.
Como una nave lánguida de piedra,
la ciudad se extiende para marcar
el destino de todas las estelas
y el eje de las ocho direcciones.
Arriba la ciudad es viento.
Vuelo de palomas. El trazo
de las aeronaves. Una bóveda
de atmósfera y sueños.
Es en el aire donde resplandeces,
abierta y húmeda,
expectante.
las azoteas llevan la mirada al mar,
a las nubes grávidas en el cielo desteñido,
a las montañas vigilantes y sombrías,
al horizonte seductor y abierto.
Como una nave lánguida de piedra,
la ciudad se extiende para marcar
el destino de todas las estelas
y el eje de las ocho direcciones.
Arriba la ciudad es viento.
Vuelo de palomas. El trazo
de las aeronaves. Una bóveda
de atmósfera y sueños.
Es en el aire donde resplandeces,
abierta y húmeda,
expectante.
1 comentario:
Precioso.
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