
Para poder afrontar y resolver cada uno estos asuntos, necesitaríamos vivir en otra sociedad, en la que no estuviésemos siempre a un mal soplo de la fortuna de vernos en la inanición y la miseria más desesperada. La nuestra o la de nuestros hijos.
Primero, hacer lo más corta posible la era de la explotación y del sufrimiento innecesario. Y luego, cuando llegue la época en que el ser humano sea amigo del ser humano, plantearnos todas esas otras cosas.
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