El poeta comunista palmero Carlos Pulido sigue escribiendo, a pesar del ninguneo, de la estupidez cultural reinante, de tener que trabajar como campesino tropecientas horas al día y de la crisis terminal del capitalimo. Desde su condición proletaria y lúcida, sigue desgranando sus versos transparentes. Para que lo disfruten, uno de sus poemas inéditos:
INOCENCIA
El niño que partió a buscarme un rojo
amanacer aún no ha vuelto,
se quedó en el límite de la incocencia
con los ojos puestos en el horizonte
-sin paisaje ni forma ni figura alguna-.
Ha llegado, por fin, a donde nada
es certeza y toda incertidumbre
se deshace contra el miedo.
Allí sigue.
Aún le espero.
INOCENCIA
El niño que partió a buscarme un rojo
amanacer aún no ha vuelto,
se quedó en el límite de la incocencia
con los ojos puestos en el horizonte
-sin paisaje ni forma ni figura alguna-.
Ha llegado, por fin, a donde nada
es certeza y toda incertidumbre
se deshace contra el miedo.
Allí sigue.
Aún le espero.
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