El año pasado nacieron en Canarias 16.075 niñas y niños. La llegada al mundo de estos bebés supone menos de la cuarta parte del incremento poblacional de Canarias. Los dos millones que ya somos, se deben, sobre todo, a la inmigración. Especialmente de europeos, que suponen el 10% de la población (el 80% de ellos españoles).
Lo cierto es que eso de tener hijos en estas islas se ha convertido en un auténtico lujo. Y es que los chinijos ya no vienen con un pan bajo el brazo, sino con una cuenta de gastos. En primer lugar, hay que garantizarles que duermen bajo techo. Dado que los alquileres están por las nubes, no queda más remedio que meterse en una hipoteca. Eso sí: las mensualidades suponen más de la mitad del salario.
Claro que, previamente, hay que tener una nómina. Si tiene usted suerte y consigue un trabajo, en un 95% de los casos este será en precario. O sea, por unos meses. O por unos días. O hasta por horas, que así va la cosa. Mal, o sea. Añada a eso que tenemos los salarios más bajos de todo el Estado (un 30% menos en la empresa privada).
Además, las criaturas vienen con defectos de fábrica. Por ejemplo, hay que echarles de comer varias veces al día. Y no vea como está la cesta de la compra, que aquí batimos todos los récords. Otro fallo: vienen sin saber ir solos al baño. Vengan pañales, que son una buena mordida. Como para sobrevivir (a duras penas) tienen que trabajar ambos padres (y con la jornada laboral más larga del Estado: otro récord), sumen a eso guarderías (no hay plaza en las pocas públicas). Y más tarde el colegio, que por muy "gratuita" que digan que es la enseñanza, no vean lo que se va en ropa, libros y material escolar. Y el pediatra, y...
Vamos, que los niños llegan con todo en contra. Bienvenidos de todas formas, bichillos, que por ustedes merece la pena cambiar el mundo. Y Canarias.
Lo cierto es que eso de tener hijos en estas islas se ha convertido en un auténtico lujo. Y es que los chinijos ya no vienen con un pan bajo el brazo, sino con una cuenta de gastos. En primer lugar, hay que garantizarles que duermen bajo techo. Dado que los alquileres están por las nubes, no queda más remedio que meterse en una hipoteca. Eso sí: las mensualidades suponen más de la mitad del salario.
Claro que, previamente, hay que tener una nómina. Si tiene usted suerte y consigue un trabajo, en un 95% de los casos este será en precario. O sea, por unos meses. O por unos días. O hasta por horas, que así va la cosa. Mal, o sea. Añada a eso que tenemos los salarios más bajos de todo el Estado (un 30% menos en la empresa privada).
Además, las criaturas vienen con defectos de fábrica. Por ejemplo, hay que echarles de comer varias veces al día. Y no vea como está la cesta de la compra, que aquí batimos todos los récords. Otro fallo: vienen sin saber ir solos al baño. Vengan pañales, que son una buena mordida. Como para sobrevivir (a duras penas) tienen que trabajar ambos padres (y con la jornada laboral más larga del Estado: otro récord), sumen a eso guarderías (no hay plaza en las pocas públicas). Y más tarde el colegio, que por muy "gratuita" que digan que es la enseñanza, no vean lo que se va en ropa, libros y material escolar. Y el pediatra, y...
Vamos, que los niños llegan con todo en contra. Bienvenidos de todas formas, bichillos, que por ustedes merece la pena cambiar el mundo. Y Canarias.
Violeta Parra canta Gracias a la vida
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