Tiene sus propias pesadillas
en las que los números de la cartilla del paro
le dicen que ya no es humano.
Hace gárgaras de sangre.
Llora en silencio
sobre un jergón húmedo.
Ninguna guagua le llevará al paraíso.
en las que los números de la cartilla del paro
le dicen que ya no es humano.
Hace gárgaras de sangre.
Llora en silencio
sobre un jergón húmedo.
Ninguna guagua le llevará al paraíso.
(De Noticias del Frente)
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