Rasputin

Se cree que nació en 1872 en Pokróvskoie (Siberia). Rasputin (no "Rasputín") significa en ruso "libertino". No tenía formación, y nunca aprendió a leer ni a escribir. En 1901 decidió dejar a su familia para dedicarse a predicar sus enseñanzas. Tuvo gran carisma entre las mujeres, no sólo por su carácter hipnótico y misterioso y por su labia, sino por los 35 centímetros que, según su propia hija, alcanzaba su pene. Consiguió popularidad tanto por sus supuestos poderes curativos, como por su conducta licenciosa.

En 1905 llegó a San Petersburgo y causó una gran impresión a la emperatriz Alejandra Fiódorovna. Desde 1907, el débil Nicolás II, dominado por la zarina, siguió ciegamente las indicaciones de Rasputin, a quien ambos consideraban el salvador del zarevich Alexis aquejado de hemofilia. Rasputin designó a muchos altos funcionarios del gobierno (la mayoría incompetentes), llegando a controlarlo. Sus famosas orgías escandalizaron a la opinión pública rusa.

Finalmente fue asesinado por un grupo de aristócratas, que le habían invitado a una fiesta en la noche del 29 al 30 de diciembre de 1916. Sus asesinos le dieron pasteles y vino cargados de cianuro. Al ver que le hacían poco efecto, el príncipe Yussupov le disparó al pecho, le golpeó la cabeza con un bastón lleno de plomo y después lo arrojó al río Neva. Posteriormente, uno de los asesinos lo castró y arrojó a un rincón el miembro amputado. En un museo erótico de San Petersburgo, se exhibe un gran pene considerado el de Rasputin. Parece, pues, apropiado que el puticlub del 25 de Zubovsky Boulevard, en Moscú, lleve su nombre.

Menos apropiado parece que se carguen los "servicios" del puticlub a las arcas públicas, bien directamente, bien sacando previamente el dinero de la Visa Platino. Bueno sería que por aquí, como medida profiláctica, también revisáramos las cuentas de muchos viajes oficiales, para asegurarnos que no esconden turismo sexual. O al menos, ya que pagamos, para asegurarnos de que la dejen en depósito en el patrimonio público. Conservada en formol, aunque sean menos centímetros, vaya.