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martes, 21 de octubre de 2008

Moralidad

Lo personal es político, y lo político es siempre personal, según un dicho popular norteamericano. Por eso, si un político corrompe menores, trafica con drogas, blanquea dinero, pega a su mujer o persigue trabajadoras, ya puede cantar misa o presentarse con las ideas más maravillosas y el mejor programa, que es un crimen seguirle.

Claro que nuestros puritanos amigos gringos llevan la cosa al extremo de considerar asunto de moral pública las relaciones sexuales entre adultos, lo que no deja de ser un disparate. El que un político practique el salto del tigre o engañe en la cama a su mujer con el primo de un amigo de su cuñado, es algo que sólo afecta a la calidad de sus muebles o a sus relaciones privadas con su mujer y el susodicho primo.

En cambio, que se embolsille el dinero público, que desclasifique terrenos para quienes le financian la campaña electoral, o que ordene secuestrar, torturar y asesinar, sí es algo que nos afecta a todos.

Pero no sólo cabe hablar del estricto cumplimiento de la legalidad. Porque, ¿acaso no es inmoral poner el dinero público a disposición de unos bancos que siguen repartiendo beneficios a sus accionistas mientras la inmensa mayoría no llega a final de mes (principalmente por pagar las carísimas hipotecas a esos bancos)?

El viejo Marx defendía que los cargos públicos cobrasen el salario medio de un obrero. ¿No es inmoral argumentar que, en cambio, hay que pagarles bien para que no se corrompan? Si un juez o un político es corruptible ganando diez, ¿por qué no va a serlo ganando veinte? Sólo es cuestión de precio.

Ahora bien, no seamos ingenuos olvidando la estrecha relación y los múltiples lazos entre la clase empresarial y los políticos al uso. Si está bien considerado eludir impuestos, descapitalizar la empresa para engordar el patrimonio personal, manejar dinero negro y contabilidad B, y cargar a la empresa el visón de la señora, el coche particular o el reloj de oro, y si esa es la moralidad dominante en nuestra sociedad, ¿cómo vamos a pedir a los políticos que vayan más allá de lo que representan?

Criaturitas, son así porque así los elegimos. Ya se sabe: con la cuchara que coges, con esa comes.

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